¿En que consiste este trastorno psicológico?
Consiste en una atracción afectiva de la niña en la figura del padre. El complejo de Electra es un concepto psicológico que procura explicar la maduración de la mujer.
El complejo de Electra es algo muy común a todas las niñas en algún momento de la infancia aunque, en algunas ocasiones, va más allá. La fijación afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre. Se supone que es una dinámica normal en el desarrollo de las pequeñas, que puede observarse a partir de los 3 años y que en un plazo de dos años suele resolverse de forma natural. Si esto no es así se convierte en un problema que puede perdurar en el tiempo y convertirse en una patología.
Si el padre no pone freno y lo alienta, dando prioridad a la hija y desplazando a la mujer, ya tenemos un problema grave, ya que la madre se siente que no pinta nada, y se cambian los papeles, la hija ocupa el papel de la madre y la madre el de la hija, llegando a crear una familia enferma, que si no se le pone freno, y no se solicita ayuda por un profesional, puede acabar con la rotura de la pareja, y graves problemas en la hija, y más si el padre también participa de ello y llegando a tener un vinculo enfermizo y obsesivo con la hija.
Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos clara y pasa más inadvertida puesto que las niñas tienen un vínculo muy estrecho con las madres, lo que les dificulta mantener la competitividad con esta.
Si todo se desarrolla bien, la niña asume su derrota, reconoce que la madre es la preferida, y se dispondrá a buscar otro amor. Por el contrario, si no se rinde a esta evidencia se puede generar una anomalía patológica. De ahí que para poder curarse en el tratamiento psicoterapéutico la afectada debe aceptar su atracción y superarla.
Estas niñas cuando son adolescentes tienden al aislamiento, a no querer salir de casa, y actuar como la típica esposa que espera durante todo el día a que llegue a casa la persona de la que están enamoradas.
No le interesa relacionarse con chicos de su edad, a los que compara con su padre, por eso le lleva a aislarse, y a evitar cualquier tipo de relación con nadie.
Odia a la madre a la que culpa de todos sus males y sus desgracias, ya que sabe que tiene relaciones sexuales con el padre, y para ella la considera una usurpadora. Si el problema no se soluciona, los problemas con la madre pueden llegar en algunos casos al maltrato tanto verbal como físico hacia su progenitora.
Incluso si no es tratada por especialistas, en casos extremos este trastorno, deriva en otros, como anorexia, bulimia, depresión e intentos de suicidio.
La persona con este trastorno no tratado se vuelve una manipuladora, y es ella la que lleva el ritmo de la familia, creando malestar en la pareja de sus padres, y sometiéndolos a sus caprichos.
Es necesario que la familia sea atendida por especialistas para reconducir la situación cuanto antes cuando se detecta esta patología.
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