Lo vemos en las redes sociales.Algunos salones, coincidiendo con su apertura, ofrecen cortes de pelo por debajo del euro. Otros pretenden captar clientela con ofertas de servicios a precios irrisorios: cortar, peinar y/o teñir a cinco euros. Ante semejantes promociones, el debate está servido. A algunos peluqueros les extraña que las cuentas de explotación de estos salones cuadren, cosa que no sucedería en su negocio, tal y como explican en los foros. A otros no les preocupan semejantes ofertas, que no garantizan la viabilidad empresarial y se dirigen a un público muy concreto. Yo comparto la opinión de estos últimos.
"La competencia solo te debe preocupar si tu imagen, servicio y producto es comparable", asegura otro de los peluqueros. Estoy de acuerdo: todo profesional debe defender su línea de negocio, los servicios que presta y las tarifas con las que valora cada uno de ellos. Ello es vital para conservar una imagen, de cara a los clientes, y mantener la viabilidad empresarial. Los precios por debajo de los márgenes exigen, en contrapartida, mayor rotación de clientes y número de servicios. De lo contrario, el negocio se va a pique. En suma, cada salón debe adecuar la relación calidad-precio que le convenga. Y trabajar en función de esa filosofía. En la peluquería intervienen muchos factores, no solo el precio. La experiencia, estilo y sobre todo feeling entre peluquero y cliente son básicos. En definitiva, motivos intangibles, difíciles de medir en euros.